lunes, 31 de agosto de 2009

A Sangre Fría o un genio llamado Capote y drogadicto homosexual y alcohólico...




Esta noche hacía frío y he estado parado frente al televisor, incapaz de sentarme, incapaz de perderme algo de la película frente a mis ojos. “A Sangre Fría” (Richard Brooks, 1967) La he visto muchas veces, pero hoy la veo después de haber leído por enésima vez el libro de Truman Capote y de tener en el Cuerpo “La Canción del Verdugo” y la película con la actuación de Tommy Lee Jones. Entonces la veo con ojos nuevos.
Ya doraba a Brooks y ví sus películas entre los insectos del Cinelandia o del Río – “Muerde la Bala” y una Candice Bergen inigualable, “El hombre del Lente Mortal”, “Dólares” con Goldie Hawn hermosa y perfecta, antes de hacerse cómica y tonta. De pendejo había visto otra de Richard Brooks “Looking for Mr. Goobar) con Diane Keaton.

Ver el trailer http://www.youtube.com/watch?v=sf6_9DMJQ_A

Era la época antes del Sida y en plena Era Disco. Tras una breve relación sentimental con un colega, Theresa Dunn decide independizarse de su opresiva familia. Así, comienza una metamorfosis que hace de Theresa una compasiva profesora de niños sordos por el día y una mujer en busca de sexo libre por los tugurios de la ciudad, durante la noche. Era la posibilidad de ver desnuda o semi al menos a Diane Keaton, después de haberla visto tan perfecta en el Padrino. De hecho en el trailer hay una escena graciosa en que el amante de turno (Richard Gere) ve que Theresa está leyendeo el libro y le dice “Ya ví la película”.

Una sórdida adaptación de la novela de Judith Rossner, que cuenta la historia de una profesora que se dedica a consumir diferentes drogas y a recorrer bares buscando parejas sexuales. Toda una visión de la vida urbana y la sexualidad contemporánea. Sigue siendo una cinta digna de verse, sobre todo por actuación de Diane Keaton en uno de sus mejores momentos. También significó el despegue de actores como Tom Berenguer y Richard Gere, que en esa época no eran más que un par de secundarios.

Pero entonces vi “A Sangre Fría” en le tevé. Aún no existía el cable ni el video. (Estábamos en Chile) Un robo frustrado. Una masacre sin sentido. Una fuga delirante. Una investigación desapasionada. Un amor no correspondido entre dos hombres. Un rencor irreprimible. Una furia incontenible. Un regreso estúpido. Un destino inevitable.
Unas actuaciones dispares. Una dirección impecable. Una película magistral
Pero era un libro. A la semana o dos, un compañero tenía el libro sobre la mesa en el colegio. Lo tomé prestado. Lo leí en una noche antes de devolverlo y comprarlo donde el Paco Rivano una semana después. Me costó “la mariguana de una semana”.
El realizador Richard Brooks leyó A sangre fría mucho antes de que el libro fuera publicado. Fue el propio Truman Capote el que le procuró las pruebas de imprenta del texto, que iba corrigiendo incluso antes de que Perry Smith y Dick Hickcock fueran finalmente ejecutados.
Truman Capote siempre quiso a Richard Brooks detras la cámara.
Era la historia de una masacre. Fueron 6 los asesinatos a sangre fría
Dos jóvenes desarraigados asesinan a los Clutter, una familia típica americana, hombres de camisa escocesa almidonada y planchada, cabello corto y bastante miopes.. Lo hacen por error, por un mísero botín de 43 dólares, un transistor y unos prismáticos, un dólar de plata. No, es un error, el dólar de plata no se lo llevan y las consecuencias que ello tendrá en sus vidas y en la propia sociedad.

Los asesinos, Dick y Perry, acaban de salir de sus encierros (el primero de la cárcel y el segundo del psiquiátrico) y se proponen desvalijar la caja fuerte que Herbert Clutter tiene en su granja. Lamentablemente la caja no existe y los Clutter serán exterminados.
La película nos muestra el contraste entre la familia de las víctimas, perfectamente estructurada (Herbert en un momento dado tiene que asumir una de las tareas de su hija, que se ha comprometido a ayudar a tanta gente ese día que no da abasto), y las familias de los dos asesinos, apenas simulacros en las que el alcoholismo, la violencia y la marginalidad son caldo de cultivo donde no sabemos si se generan pero si al menos se potencian los desequilibrios mentales de los dos protagonistas.
Dick y Perry consiguen huir a México después de cometer el crimen pero una especie de destino implacable les hará volver a Kansas, donde finalmente son atrapados.

Su condena y posterior ejecución ponen fin a la historia de Capote en la que Brooks nos hace reflexionar sobre la naturaleza del crimen y la respuesta que la sociedad da en este tipo de situaciones.
Hay que decir ya que la película es magnífica, en un hermoso blanco y negro que refleja la dualidad de la violencia individual frente a la violencia institucional (la frase no es mía pero me ha parecido que resume perfectamente el fondo de la historia). La adaptación de la novela me gusta, aunque como es lógico deje fuera muchos detalles importantes. Verla con el libro ya leído ayuda a llenar esos vacíos que no pueden contarse en dos horas.
Los actores protagonistas realzan la película (especialmente Robert Blake en el papel de Perry, que dota al personaje no solo de una apariencia física tal y como uno se la imagina al leer la novela, sino también de matices de ternura, fragilidad, trastorno mental que nos enseñan la compleja psicología del personaje). C
Con la misma cereteza con que Capote escribió la novela, rooks intentó dotar al film de un rigor absoluto rodando en los mismos escenarios del crimen en que se basa la novela (veremos la casa real de los Clutter, en las fotos de las habitaciones vemos a los auténticos Clutter, la sala del juicio es la autentica, e incluso vemos a 6 de los jurados que dieron su veredicto en la vida real). Los 2 pares de ojos que nos contemplan desde el cartel de la película son los de los auténticos Dick y Perry.


Hay dos escenas para no olvidar, la primera la confesión de Perry al cura antes de ser ejecutado, frente a la ventana de la celda. La lluvia reflejada en su rostro cual lágrimas y el relato de su juventud es realmente emocionante.
http://www.youtube.com/watch?v=IVDxfDNq2VU&NR=1

La segunda es el plano final del film, con la sobreimpresión del título de la película, en un claro alegato anti pena de muerte, quizás incluso más acentuado que en la propia novela.
http://www.youtube.com/watch?v=ObEVbKTDtGA&feature=related
En el momento de su estreno, A sangre fría, significó lo último en violencia cinematográfica, un concepto que, por supuesto, ha quedado superado con creces en nuestros días. Brooks concibió una película cuya narración alternó desde diversos géneros: si bien arranca como una road movie, a partir del crimen cometido en la granja de los Clutter comienza el thriller, que da lugar a una posterior investigación criminal.
Filmada con tanto realismo y dureza como los asesinatos, la secuencia de la película que refleja la ejecución se erige en un vigoroso alegato contra la pena de muerte.
Brooks quiso evitar realizar un estudio del horror y todo juicio moral acerca de las acciones dictadas por las mentes psicópatas de Perry y Dick, que fueron interpretados finalmente por Robert Blake y Scott Wilson.
Por eso, la frase final del periodista que presencia sus ejecuciones -«cuatro inocentes, dos culpables, seis asesinatos», dice exactamente- resume el sentido moral otorgado por Richard Brooks a su película.
Pero no habría hecho hoy esta nota si no hubiera sido por el imbécil que dijo que Gabriela Mistral era lesbiana que sí que podía ser, que no,que era sólo una gran amistad la de Doris, pero que no afectaba su lectura.
Podríamos tolerar que fuera lesbiana, pero no que ese lesbianismo sea parte de su obra. La Vida privada está fuera del ámbito público.
Fassbinder no era homosexual.
Foucaulr no era ni homosexual ni sadomasoquista.
Entonces hice la relación con la película y con Capote. Sólo los Dioses saben porqué las cosas se conectan. Dios permite que a veces los hombres sueñen cosas que son ciertas, dice Borges en una milonga.
Recordé que Capote dice que su homosexualidad es parte de su genialidad.
En 1959, Truman Capote reparó en una notica del periódico, que habla de un espantoso asesinato de una familia entera en el estado de Kansas. Algo le mueve a viajar hasta allí para escribir un artículo al respecto. Una vez en el lugar, empezará a adentrarse más y más en el caso, llegando a entrevistar a los asesinos. Pronto el artículo se convertirá en un libro, que le obsesionará extremadamente. Tanto como haberse enamorado de uno de los asesinos, al que trató de mantener vivo – o eso es parte de su leyenda – y no terminaba la novela porque sabía que ese final de escritura coincidiría con su ejecución.
En 1959, en Holcomb, un pequeño pueblo de Kansas, la familia Clutter (un agricultor, su esposa y sus dos hijos) apareció muerta: habían sido atados y acribillados por personas desconocidas sin ningún móvil aparente. Esto sembró la paranoia en el lugar y atrajo a todos los medios del país. Capote fue enviado allí por The New Yorker. Sin embargo, no tardo mucho en darse cuenta que tenia lo que necesitaba para su esperada gran obra.

Paso seis años siguiendo de cerca la investigación y hablando con los habitantes del pueblo, los cuales no lo veían con buenos ojos debido a su excentricidad, su desenfadada manera de ser y su sexualidad (Capote era declaradamente homosexual a comienzos de los sesenta, en plena era Eisenhower...); sin embargo, en todo ese tiempo, logro averiguar lo suficiente para armar el entramado de su novela, donde se mezclan las opiniones de los personajes del pueblo, junto con entrevistas a los policías encargados del caso y amigos íntimos de la familia. Pero Capote no se quedo allí: cuando atraparon a los asesinos fue a entrevistarlos a la cárcel y trabo amistad con ellos.

Los asesinos eran dos: Perry Smith y Dick Hitckock, dos psicópatas, ex-convictos, que guiados por los exagerados rumores que Floyd Wells, un compañero de celda de Hitckock, le habia dado acerca de la riqueza de Clutter habia cometido el hecho... para escaparse con menos de 100 dólares con rumbo a Méjico.
En la novela Capote traduciría – decía tener una memoria perfecta - esta conversación así: (Yo la transcribo)
"No puedo recordar exactamente como fue que hablamos sobre el señor Clutter. Debió de ser cuando recordamos los empleos, los distintos trabajos que habíamos hecho [...] Le conté que yo habia trabajado durante un año en un importante campo triguero, en el oeste de Kansas. Para el señor Clutter. Quiso saber si el señor Clutter era un hombre muy rico. Le dije que si. [...] Y desde entonces nunca jamas dejó Dick de preguntarme cosas de aquella familia. ¿Cuantos eran? ¿Que edad tendrían los niños? ¿Como se llegaba a la casa exactamente? [...] Dick empezó a hablarme de matar al señor Clutter. Decía que él y Perry se irían para allá a robar y matarían a todos los testigos, a los Clutter y a quien quiera anduviera por allá. Me describió docenas de veces como iban a hacerlo, como él y Perry iban a atarlos y después a pegarles un tiro. " Gracias la confesión de Wells, la policía los atrapo cuando, agotados de su periplo por Méjico, ya sin dinero, habían vuelto con la intención de Hickock de colocar algunos
cheques falsos a ex-compañeros. Detenidos y condenados, esperando por la ejecución en la horca, Capote tuvo el tiempo necesario para ganarse su confianza y reconstruir su vida y su itinerario antes y después del asesinato.

Smith le simpatizo de entrada, Hickock no. Sin embargo habló con ellos hasta tener el material suficiente y los acompañó cuando tuvieron que cumplir la condena que les habían dado: Habían matado a sangre fría, y a sangre fría serian castigados. El 14 de abril de 1965 fueron colgados.

La novela, titulada A Sangre Fría, fue un éxito y llevo a Capote alcentro de atención de todos los medios de prensa del país,apareciendo en las portadas de las revistas mas importantes mientras recibía invitaciones a ilustres casas de campo y paseos en yate junto a celebridades. Sin embargo para él el libro habia sid una experiencia traumatizante que marcaría su vida desde ese entonces.

A pesar de que la novela estaba escrita en un tono frío, periodístico, donde el narrador nunca aparece, ni se involucra, ynarra los hechos con un tono disciplinado y alejado, el hecho habia calado hondo en Capote quien habia entablado amistad con Perry Smith y sentía cierta similitud con este: ambos venían de un pasado familiar borrascoso y confiaban en el arte para sobresalir (Perry se consideraba un artista y se veía a si mismo en el futuro como un hombre orquesta, aplaudido por las multitudes). No es inútil pensar en esos 6 años desalentadores en los que Capote recorría Kansas para armar su obra, acusado por muchos de haberse vuelto loco, sin saber si podría llevar a cabo su proyecto, sin tener idea si sacaría algo de allí y obligado a volver a un pequeño y deprimente pueblo donde no pasaba nada como contaría después. Esos hechos lo ponían en contacto de nuevo con su infancia en su propio pequeño pueblo y es factible
pensar que lo afectaron mas de lo que quiso, viendo en Perry lo que él mismo hubiera podido ser si no hubiera tenido éxito.

Sin embargo Capote brillo con buena luz en esa época, y nadie pareció notar nada extraño en él: la mayoría de sus amigos creían que se merecía un descanso y él también. Acudió a infinidad de reportajes y vio como su novela permanecía 35 semanas en la lista de éxitos de The New York Times, donde habia aparecido primeramente en cuatro entregas entre octubre y noviembre de 1965.


En ese sentido, como autor, como novelista, Capote era maravilloso.
”Soy alcohólico. Soy drogadicto. Soy homosexual. Soy un genio”.
Nunca dijo “soy un genio y además homosexual.”
El era lo que era.
Genial, polémico, prócer de la novela norteamericana, el autor de A Sangre Fría llevó una vida alocada, entre reconocimientos y carencias afectivas. Drogas y alcohol eran el plato fuerte de su menú. Nadie como él fusionó ficción y realidad.

Toda su vida fue un largo, convulsionado y caótico puente tendido hacia su infancia desgraciada, sin amor, sin rincones. En ese camino de regreso, Truman Capote dejó sembradas parte de las mejores páginas escritas en la rica literatura norteamericana y la semilla de una nueva concepción del periodismo, de una inédita manera de contar los hechos noticiosos, de una inexplorada, todavía hoy, y apasionante forma de acercarse al lector común. Truman buscaba cómplices, no lectores. También buscaba amor.
Como un desesperado. Cuando se es víctima del desamor, como lo fue Capote, lo único que queda a mano es la desgracia. Y el terror. Y un coraje "denodado, eso sí, para afrontar lo insoportable. Truman, que era un desbordado, vivió rodeado de uno y de otros.
La definición era un grito: "Soy un alcohólico, soy drogadicto, soy homosexual. Soy un genio." Llevaba razón.
Dos meses antes de morir se presentó en una entrevista con otras dos frases breves, hirientes, endemoniadas, de esas que lo pintaban de cuerpo entero y que cincelaban su angustia: "Aquí está el incomparable Truman Capote. Nunca hubo nadie como yo, y no habrá nadie como yo cuando me vaya".

sábado, 29 de agosto de 2009

Corman + Poe + Price = gótico americano




Mea Culpa. En esas noches de cine en tevé, descubrí a Roger Corman y empecé a amar el cine B.






A hora que veo la nota de Jorge y el cuadro ·Enterrado Prematuro" (1854) tal vez inspirado en el cuento de Edgard Allan Poe, me acuerdo de las películas de Roger Corman.A principios de los '60 la American International Pictures quería competir con el éxito creciente de Hammer Films, fue así que contrató a Roger Corman para dirigir películas basadas en un relatos de Edgar Allan Poe. Roger Corman es un realizador americano que durante los años '50 escribía, dirigía y producía películas «clase B» sobre monstruos, chicas y bikini, y ciencia ficción. El sentía que esta temática ya estaba agotada y por eso decide incursionar en un nuevo terreno: El Tenebroso Horror Gótico. El resultado fue La Caída de la Casa Usher / La Pavorosa Casa Usher (The Fall of the House of Usher / House of Usher - 1960). Este originó una serie de films estrechamente emparentados, siempre basándose en relatos de Edgar Allan Poe.




Las historias se situaban en castillos viejos, tenebrosos y mazmorras con herrumbrosos implementos de tortura. Las actrices, Bárbara Steele, siempre tendían a quedar en gasas semi transparentes.Corman es un genio del bajo presupuesto.Filmaba en forma kamikaze, no desperdiciaba tomas. Los escenario eran casi siempre los mismos sets, solo que arreglados e iluminados de manera un poco diferentes. Según el mismo Corman: «...me servía de la niebla para disimular la ausencia del decorado, ya que en la mayor parte de los casos sólo teníamos detrás la pared del estudio». Usó la niebla para ocultar la pobreza del decorado.Gracias al uso del color, Corman acentuaba el sentido de ciertos detalles, logrando que sus films se vieran muy por encima del status «B». Las películas eran casi indistinguibles unas de otras. Sería por eso que uno sentía que las había visto una y otra vez. Por lo general los relatos de Poe fueron utilizados como base para crear otras historias que conservaban poco de la trama textual. El insuperable protagonista de casi toda la serie es Vincent Price como un noble paranoico, obsesionado por antiguas maldiciones familiares o la idea de ser enterrado vivo. (Las generaciones que sólo han conocido la tevé y el video clip lo reconocerían en la voz del narrador en el video Thriller de Michael Jackson.




Los más jóvenes lo recordarán como el creador del Joven Manos de Tijera en 1990.)Sus interpretaciones con Roger Corman lo hicieron Legendario. En House of Usher Vincent Price interpreta a un Roderick Usher canoso, supersensitivo y recluido en la Casa tras haber enterrado viva a su hermana. Para esta película Roger Corman compró un galpón para incendiarlo en la escena final. Esta escena fue utilizada en varias de las películas posteriores. En El Foso y el Péndulo (The Pit and the Pendulum - 1961) mostró a un noble español que se vuelve loco al creer que ha enterrado a su esposa con vida y toma la personalidad de su padre, un inquisidor. La esposa supuestamente muerta es personificada por Barbara Steele en su primer aparición en el cine americano.


Después, en 1962, Roger Corman se basó en cuatro relatos de Edgar Allan Poe (Morella, La Barrica de Amontillado, El Gato Negro y Los Hechos en el Caso del Sr. Valdemar), dando como resultado el film Historias de Terror / Destinos Fatales (Tales of Terror - 1962). La película está dividida en tres cuentos, cada uno de ellos presentado por la voz en off de Vincent Price. La historia es El Gato Negro (The Black Cat), que en realidad es la amalgama de dos cuentos: El Gato Negro y La Barrica de Amontillado. Comienza con un cómico concurso de catadores de vinos en el que compiten Fortunato (Vincent Price) y Montresor (Peter Lorre). Cuando Montresor descubre que Fortunato ha estado seduciendo a su esposa, los empareda en el sótano, sin notar que ha encerrado también al Gato Negro, quién será el encargado de vengar las muertes. Peter Lorre es el genial villano de “El Halcón Maltés”, que volvió a repetir textual su papel con Bogart en “Casablanca” (1940) y en Pasaje a Marsella” (1944)Peter Lorre, en su enésimo papel de villano, da vida al borracho protagonista de la historia, un ser intrínsecamente malvado y cruel, que maltrata a su esposa; el tratamiento distante y objetivo de la cámara no suaviza ni un ápice al personaje.


Y mientras Lorre carga con el personaje más desagradable –caracterización acentuada por su peculiar físico-, Corman permite a Price desmarcarse de los personajes torturados que venía interpretando para darse, y darnos, un festín de histrionismo refinado: ese Fortunato amanerado y seductor, un catador de vinos primoroso que encuentra un digno antagonista en Montresor. Es evidente que Price se lo pasa fenomenal con Fortunato –graciosísimo ese duelo de cata de vinos y el contraste, exagerado pero funcional, entre ambos personajes-.Por supuesto, la potencia del relato de Poe, la venganza cruel que encierra, nunca mejor dicho, “El barril de amontillado” (con el cual se fusiona el relato del título, y que recoge una de las obsesiones constantes de Poe: el enterramiento en vida) y de la presencia de lo sobrenatural en ese gato negro, excelentemente retratada por Corman, logran un excelente episodio central, humorístico y perfectamente medido, en la que el horror nos golpea cuando menos se espera.


Es un segmento largo, seis minutos.http://www.youtube.com/watch?v=vjmeAmKz0wMDe haber visto el duelo de actuaciones entre Peter Lorre y Vincent Price pasé a leer de nuevo los Cuentos de Terror de Poe. El relato de El Barril De Amontillado puede calificarse como uno de los relatos más macabros del genial escritor Edgard Allan Poe. Un relato en el que el tema de la venganza lleva al personaje a cometer un atroz asesinato en la persona de Fortunato. La venganza despiadada como elemento de un castigo implacable. Se dice únicamente que ha sido ofendido por Fortunato, no esclarece del todo los motivos que le llevan a cometer tal acto de venganza. Simplemente se limita a decirnos que ha sido insultado.


¿Justifica este insulto el crimen? El cuento es una confesión en el propio lecho de muerte. Montresor, no se encuentra sólo sino que se está dirigiendo a un grupo de oyentes que bien pudieran ser sus familiares o amigos. El cuento cierra con las palabras en latín ¡in pace requiescat! No está muy claro quien pude haberlas pronunciado. En un primer momento, llegaríamos a la conclusión de que ha sido el propio Montresor aludiendo a la muerte de Fortunato. ¿ Quién o quienes forman parte de su auditorio, del que nosotros formamos parte ? Poe siembra la duda en el lector acerca de quien es el artífice aquellas palabras, y si el personaje de Montresor ha fallecido tras haber hecho la confesión. Montressor conoce a Fortunato aunque no lo conozca a él. Si echamos un vistazo a la descripción que del propio Fortunato hace Monstresor vemos que su aspecto lo convierte en una presa fácil. Nos dice que había bebido bastante e iba vestido de bufón. Su aspecto es bastante cómico casi ridículo. Podemos imaginárnoslo como un hombre insignificante y débil del cual se va a aprovechar Montresor fácilmente. Sabe que Fortunato no se resistirá ante un amontillado y que no dude en ningún momento en seguir adelante a pesar de su resfriado. Es significativo también este asunto, pues Montresor le advierte de las condiciones húmedas en las que se encuentran la bodegas, y que perjudicarán en gran medida su estado físico. A Montresor no le importa que Fortunato puede pasarlo mal, como así sucederá en las bodegas, ya que a fin de cuentas va a matarlo. Es muy importante destacar los elementos que rodean al asesinato. En primer lugar los criados no estaban en casa. El propio Montresor se ha cuidado de que no hubiera testigos de su crimen. Los engaña diciéndoles que no volverá hasta el día siguiente. La descripción de las bodegas de la familia es sin duda el fiel reflejo de un lugar siniestro, húmedo, oscuro, sinuoso, cubierto de telarañas, huesos, etc.


El pobre Fortunato comienza a experimentar los primeros síntomas de la humedad de la bodega. Ello hace que Montresor vuelva a interpretar su papel de persona preocupada por la salud de su colega, aunque en el fondo sólo sirva de acicate al ego de Fortunato. Su sorna llega al punto de que cuando Fortunato le expresa su intención de seguir, pues la tos no va a matarlo, Montresor responde afirmativamente sabiendo de antemano que no será la tos, sino él quien pondrá fin a sus días.Montresor busca emborrachar por completo a su víctima. ¿Falta de seguridad en sí mismo?. Aquí el personaje nos ofrece un rasgo que no conocíamos hasta este momento: el miedo. Miedo al fracaso. Miedo a no poder llevar a acabo su venganza, y para ello se asegura de que Fortunato esté completamente borracho con el fin de poderlo manejar a su antojo llegado el momento.


Está tan borracho que no cae en la cuenta del mensaje de la divisa de los Montresor: “¡Memo me impune lacessit!". O lo que es lo mismo: “¡Nadie me hiere impunemente!”. Montresor se está dejando llevar por la máxima de su propia familia: la venganza.Llegamos al momento en el que ambos personajes penetran en una cripta donde todo está preparado. El propio Montresor se hace pasar por un masón mostrándole una paleta de albañil a Fortunato. Pero lo que no sabe éste es que esa paleta servirá para consumar el crimen.Poe vuelve a emplear elementos góticos para la descripción de la cripta: restos humanos apilados, oscuridad, profundidad de la misma, humedad. La presentación del lugar es acorde con la categoría del crimen.


La oscuridad resulta clave pues no le permite vislumbrar a Fortunato hacia donde se dirige ya que su tea se ha consumido casi por completo, algo en lo que ha reparado Montresor. Ello obliga al indefenso Fortunato a penetrar en la cripta sin vacilar pues es ahí donde se encuentra el supuesto barril de amontillado. Fortunato está tan borracho que no entiende que ocurre y se deja hacer. Es el momento deseado por su vengador para encadenarlo a la húmeda pared cubierta de salitre. La ironía de Montresor llega a su punto álgido cuando una vez encadenado Fortunato le pregunta si todavía quiere volver. Se está regocijando con su actuación. Tiene a su merced a su más acérrimo enemigo; el que le ha ofendido, no sabemos de qué manera, aunque a juzgar por el tipo de venganza ha debido ser bastante importante.


Poe nos relata como Montresor se pone a trabajar afanosamente en levantar la pared que cubriría el nicho en el que yacerá de por vida Fortunato.Lo más angustioso es que a medida que avanza la pared Montresor la borrachera de Fortunato se va pasando lo que hace más macabro el enterramiento en vida. Sabemos de su angustia por las sacudidas de las cadenas en un intento por liberarse, y por ciertos quejidos que emite. La venganza llega a tal extremo que Montresor se detiene en su labor para, sentado sobre una pila de huesos, escuchar plácidamente el sufrimiento de su víctima. Disfruta con la venganza que está llevando a cabo. La saborea con gusto. Goza de aquella situación. Una vez que los gritos cesan continúa con su trabajo. Pero no se detiene ahí sino que deseoso de verlo sufrir proyecta la luz de su antorcha sobre su rostro. Es entonces cuando Fortunato reacciona desesperadamente y Montresor, florete en mano, lanza estocadas hacia el hueco del nicho en un intento no sabemos si por calmarlo o por encenderlo aún más si cabe. No contento con ello le imita alzando más la voz como muestra de burla y sarcasmo, mientras continúa con su labor de albañil.


Es entonces cuando, despejado por completo de su borrachera Fortunato, bromea con aquel espectáculo, y pide a Montresor que lo libere. Pero lo único que consigue es que este coloque la última piedra de su tumba y se vaya dejándolo allí solo. En este punto del relato nos encontramos ante la dificultad de dirimir entre si la expresión ¡Por el amor de Dios, Montresor es pronunciada por Fortunato o por el supuesto clérigo que se encuentra escuchando la confesión. En ambos casos sería aplicable.Lo último que sabemos del desgraciado Fortunato, según su asesino, es que intentó resistirse, aunque en vano. Poe describe su último movimiento con el leve tintineo de los cascabeles. Es significativo que Montresor sintiera en verdad cierta pena y lástima por Fortunato. Sin embargo, achaca esa tristeza a la humedad de la bodega, y termina su trabajo apilando los huesos contra la pared. Y llega la expresión de la que antes nos hacíamos eco: ¡In pace requiescat! Dicha expresión señalábamos con anterioridad pudo haber sido pronunciada por el propio Montresor con cierto tono de pena o incluso arrepentimiento, o bien puede deberse a que una vez concluida la narración de los hechos Montresor haya fallecido, y sea un clérigo en el pronuncia dicha oración. Cabe resaltar las últimas palabras de Montresor al señalar que durante medio siglo nadie ha tocado la tumba en la que descansa Fortunato. Ello nos hace pensar en que si han transcurrido cincuenta años desde que acaecieron estos hechos narrados.

Una mala película bien hecha vs una película excelente


Esta nota está caracterizada por mi desorden mental y escriturial.
La verdad es que agradezco a Jorge referirse a esta película, que es exactamente lo que se llama una mala película pero estupendamente bien hecha. El afiche lo dice todo: La amante de un magnate griego que busca hasta encontrar a su amante de los años cuarenta.
“A Greek tycoon's mistress tries to track down and find her ex-World War II lover.”
Aunque hasta para el Conde de Montecristo las venganzas son difíciles ,esta película las presenta como fáciles para una mujer que se abre paso en el mundo con su (hermoso) cuerpo.
Una película Norteamericana del año 77, antes de la soap operas de la Tevé, el melodrama de Charles Jarrot – un artesano apenas discreto – que fue un fiasco en Europa, pero un batatazo en Chile – en plena censura y en España, donde aún no había comenzado el llamado destape.
Los principales intérpretes: Marie France Pisier, John Beck, Susan Sarandon, Raf Vallone, era un elenco más bien de segundo pero con dos actrices excepcionalmente atractivas, Susan Sarandon – que venía de hacer la curiosísima Rocky Horror Picture Show y avanzaba a interpretar a la madre que prostituye a su hija en “Pretty Baby” con Louis Mallé .
De paso, haber recibido esta nota me hizo pensar en la Sarandon. Espectacular. Es lo primero que se me ocurre cuando pienso en Susan Sarandon, que ya cumplió los 62 años, durante los cuales ha demostrado que lo es en todos los sentidos: como mujer, como actriz, y como activista política. Con "Thelma y Louise" junto a "Geena Davis", gana una candidatura al Oscar. La nominaron otra vez al año siguiente por su papel como madre que lucha por encontrar una curación para el desorden degenerativo del cerebro de su hijo en el Aceite de Lorenzo. La escena en que putea a la Virgen María es simplemente estremecedora. En 1995,consigue un Oscar, a la mejor actriz por "Dead Man Walking" película basada en la historia autobiográfica de la hermana Helen Prejean.
En Chile “El otro lado de la medianoche” se estrenó en forma casi exactamente paralela a la estupenda película francesa “Madame Rosa”, dirigida por un cineasta egipcio Moshé Mizrahi, con Simone Signoret, que interpretaba a una prostituta judía retirada, sobreviviente de Auschwitz y que vivía en el barrio Pigalle de Paris cuidando a los hijos de otras mujeres de la calle.
Cuando se enferma y rechaza ir a un hospital, su niño consentido, hijo de una argelina debe hacerse cargo de ella. La prensa – el dirio El Mercurio ¿cuál otro? -dijo que la película de Simone Signoret era oscura y depresiva y que no había “derecho” en mostrar a la Signoret tan vieja y fea. Después de todo había sido la esposa de Ives Montand.
La película de la Signoret era simplemente hermosa, desde la fotografía en adelante.
“El otro lado…” se exhibió en varios cines, no tuve mayor dificultad para asistir. Eran sóplo tetas y culos los instrumentos de la venganza. Esperé que Madame Rosa pasara al circuito de tercera clase. Río, Ritz, City, Cinelandia, Prat, Maipo, para poder verla.

El edificio de Madame Rosa está lleno de personajes pintorescos. Un anticipo de lo que hoy se llama mundialización. El conserje M. Mimoun es árabe. En el segundo piso un francés sesentón, en su mismo piso está Madame Lola, un senegalés travestido, ex boxeador. En otro piso viven unos árabes que trabajan en la mudanza de muebles. Madame Rosa cuida a doce chiquillos, algunos temporalmente, a los que sus madres acuden a visitar cuando pueden y llevan un poco de dinero. Pero hay cuatro para los que no llega dinero alguno: su favorito Momo, un muchacho árabe de 14 años que tiene a Madame Rosa como su única familia. Sabiendo que su salud y sus recursos se están agotando, Madame Rosa trata a Momo como un adulto confesándole sus problemas. El único amigo de Momo es Monsieur Mail, un anciano vendedor de alfombras que lee al muchacho ”Los Miserables”. (Ciertamente, el espectador actual puede creer que se trata de un cuento) Perturbada por la pena silenciosa del muchacho, Madame Rosa llama al bondadoso doctor Katz que tras comprobar que el único problema del muchacho está en su falta de afecto, se preocupa de la deteriorada salud de Madame Rosa. Aunque se ha hecho con un falso certificado de nacimiento para Momo en donde figura que solo tiene 10 años, las autoridades escolares rehúsan admitirlo en la escuela y el chico se tiene que buscar la vida en la calle, teniendo que prometer a Madame Rosa que jamás permitirá que la internen en un hospital.

“The other Side” bcomienza en París en 1939, poco antes de que se inicie la Guerra. Larry Douglas (John Beck, que se especializó en representar pelmazos), conoce a Noelle (Marie France Pisier), atractiva joven marsellesa y ambos acabarán enamorándose, quedando ella embarazada. Luego él la abandona y acaba casándose con Catherine (Susan Sarandon), norteamericana que trabaja como relaclones públicas de un empresario. Noelle que se provocará un aborto no olvidará lo sucedido y jura vengarse. Noelle ascendie socialmente pues triunfa como actriz en el y entabla una relación amorosa con Constantino Derneris (Raf Vallone) un magnate griego que imita a Onasis. Larry llegará años más tarrde a ‘Grecia,en d. onde tiene la mansión el millonario Demeris, alojándose en ella. Reencuentra a Noelle, poniéndose a su servicio como piloto. Tras una -fase de tirantez, volverá a surgir el amor entre Larry y Noelle que quieren quitar de en medio a Cathy al no acceder ésta al divorcio. De ahí al culebrón, pasando por las escenas de cama de Pisier, hermosa actriz francesa de origen vietnamita. La película se instala en una estética erótica heredera de otras películas francesas de la época como “Madame Claude”. (si sabeís a qué me refiero)

Una clave para (ex) penquistas. La loca Mireya.


x Raúl Clerc

Mi hermano ha vuelto a "casa". Lo he sacado hoy del hospital, bastante tarde del Hospital, después de haber rogado a una doctora que es casi una niña, sonreído a las funcionarias, coquetado a las enfermeras(todo vale y en ocasiones, incluso resulta), llorado a las asistentes sociales, para que le hicieran la recuperación en el mismo hospital. Todavía no entiende que estuvo muerto. Seguramente no lo entenderá nunca. Carl Sagan decía - ante de morir of course que la experiencia de casi morir era saludable. Mi hermano todavía se instala en la rabia.

Dejo a mi hermano con unos amigos de trabajo, al regresar a mi oficina, encuentro a mi querida vieja exaristócratavenida a menos favorita. Sentada frente a un café en calle Ejército, alguna vez residencia de la aristocracia nacional, toma su café junto una poodle. La he conocido en uno de mis domingos eternos y vacíos. Tiene un hijo esquizofrénico al que ama y teme a la vez. No ha leído a Foucault, pero me dice que su hijo no está loco, que lo que dice tiene sentido y coherencia. Le digo que estoy de acuerdo. “El loco lo ha perdido todo, menos la razón”, le digo. Sonríe. Le cuento de mi adorada loca Mireya.

Ella era la dueña de la Feria Monumental de Concepción. En el delirio de los cuerdos, ellos piensan que le regalan cosas, ropa y comida. En su lucidez, en cambio, mi loca Mireya sabe que es el punto de cohesión social de esos locatarios pequeñoburguesesegoístas. “El día que me muera esto se va a la mierda porque yo ya no voy a estar para que se hagan cargo de mí.” Una alcaldesa estúpida la encerraba cada cierto tiempo. Si alguien de verdad lee esto creerá que miento , que es demasiado foucoultiano para ser verdad. Pero es.

Mi amiga Mireya, diagnosticada desde hace años también de esquizofrenia, dice siempre cosas bastante coherentes, con una lógica interna clara y dura y con una contundencia que contagia convicción a quien le escucha, si no se sabe que mi amiga vive en un mundo distinto, de lucidez intermitente y de periódicas alucinaciones. Loca – si eso es estar en un planeta aparte, no está. Alguna vez me contó – relató el asesinato de jóvenes comunistas a manos de la CNI en un falso enfrentamiento frente a la Vega Monumental. “Lo bajaron de la micro para matarlo”. Pasó hace mucho. No hay nada en el lugar que hable de eso. Mireya lo recuerda como si hubiese sido hace muy poco. “Por eso es mi loca querida”, Mi aristócrata se ríe. La poodle quiere jugar conmigo.

Cruzo la calle, se ha cumplido otra semana. Paso a mi rito de rasurado de cabeza, cada vez más ejecutivo. Le dejo mi cabeza en manos de esa mujer que le corta el pelo a los Gendarmes. Parece extraño. Hace algún tiempo sólo alguien esa "ella" tenía derecho a hacer esos movimientos sobre mi cabeza. En ese tiempo parecía lo hacía que era por cariño. Esta buena mujer lo hace como trabajo. Mientras me corta el pelo me habla sobre Milenko, el dirigente de los Gendarmes que acaba de morir. Ambos creemos que murió de pena. No pudo sobrevivir a la pena de ser viudo.No puedo evitar reflexionar sobre esa otra " ella" mientras me afeita la cabeza. Me siento levemente infiel cuando me aplica una loción suave en la cabeza.Vuelvo al sindicato y un grupo de militantes comunistas trata de levantar una plataforma de demandas con más ideología que realidad. Hablamos de tiempos idos como si hubiésemos podido cambiar algo, como si las muertes pudiesen haber sido evitadas. Sirvo el café. Pienso en mi hermano, pienso en la Mireya.

Por más que habitamos el mismo país, nos sentamos en el mismo café - aunque en Concepción cada vez que Mireya se sentaba a mi mesa querían echarla - lo vemos distinto. El hijo de mi querida aristócrata(R) no es esquizo, todos compartimos un nivel similar de esquizofrenia al querer que la realidad sea lo que nuestros ojos ven y no la que la realidad piensa de si misma.
Hay quien cree que estas son como crónicas de viaje.

No creo, me gustaría pensar que le escribo a alguien, que alguien lee y que alguien piensa y siente.Cuando hacía un programa en Radio Tierra, estaba pegado con una frase que Gary Cole decía en "Llamadas de media noche", Buenas Noches América, donde quiera que estés.
Cuando lo hice-fuera de libreto- llovieron las llamadas.

Buenas noches país, donde quiera que estés.